mayo 27, 2013

No, thank you

En enero de 2001 llegué a Toronto para una estadía de dos meses. Me hospedaría en casa de una familia, con quienes compartiría los espacios comunes, como la heladera. Pero debía comprar mis alimentos. Con esa misión me apersoné -recién llegado- al supermercado más cercano, y empecé a colocar en el carrito las vituallas que necesitaba.
Es preciso decir en este momento que, pese a haberme preparado en inglés durante un año para este viaje, no entendía casi nada de lo que la gente hablaba. Lo comprendí recién allí: las profesoras de inglés de Argentina hablan todas con acento.
Ya en la cola para pagar, vi que la gente metía la mercadería en bolsas de papel que la cajera les daba, y calculé que para colocar mis cosas me bastaría con pedirle cuatro. Terminado el recuento de lo que yo llevaba, la mujer me dijo el importe que debía pagar, pero no hacía ningún gesto parecido a darme bolsas de papel. Entonces se las pedí, y ella muy amablemente me dijo algo de lo cual no entendí ni una palabra. Detrás mío, una fila considerable de clientes con sus carritos llenos me miraba y esperaba en silencio, respetuosamente, pero yo pensaba que ellos pensaban: "no tenemos todo el día, terminá y andate". Entonces, ansioso por desaparecer le contesté "no, thank you", que fue lo primero que me vino a la mente. Acto seguido agarré como pude mis vituallas, y me fui haciendo equilibrio dando un espectáculo que debió ser bastante cómico.
Al llegar conté a mis anfitriones lo que me había pasado. Entonces ellos me explicaron que las bolsas se compran, que cada uno pide las que necesita, y que cuestan $0.10 cada una. O sea que la cajera me había dicho que cómo no, que eran cuarenta centavos, y yo le había contestado "no, gracias", quedando como un amarrete que se va perdiendo las cosas por el camino por no pagar unas miserables monedas.
Aún me da vergüenza imaginar la imagen que dejé en los que estaban presenciando la escena. Es feo ser un extranjero, no conocer la cultura ni los códigos del lugar, y encima no entender casi nada de lo que se le dice a uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario