junio 08, 2010

El arte y su empecinamiento II

Coral de las Espigas es una agrupación que se formó en Venado Tuerto -sudoeste de la provincia de Santa Fe- hace ya veinte años, bajo la dirección, en aquél entonces, de Damián Sanchez. Quien fuera su asistente, Javier Diplotti, es el actual director de la agrupación. Esta gente, además de su actividad específica, trabaja para generar cultura en aquélla ciudad. Llevan adelante un ciclo de actividades invitando a artistas de otras especialidades, y lo organizan con minuciosidad, creatividad y mucho respeto por los artistas invitados.

Entre los detalles que suelen quedar en la memoria de los invitados, se destaca "el asado del Muela". Gustavo "Muela" Rosell (foto) es un personaje entrañable, que fue integrante de Coral de las Espigas. Aunque actualmente ya no asiste a los ensayos, presta su colaboración aportando su bestial experiencia y conocimiento en el arte de la parrilla. Por si esto fuera poco toca la guitarra, y como detalle curioso, es el único motoquero yupanquiano del país (al menos yo no conozco otro). El comedor de su casa ha visto pasar a muchos de los buenos guitarristas argentinos y extranjeros que han tocado en Venado Tuerto, en especial aquéllos que han ido a participar de la sede local del festival Guitarras del Mundo, que Coral de las Espigas organiza y coordina con eficiencia poco común.

El pasado domingo 6 de junio tuve el privilegio de actuar en Venado Tuerto invitado por ellos, junto a María Amalia Maritano (con quien integro el Dúo Meridiano) y el guitarrista rufinense Daniel Mariatti. Sólo diré, para terminar este comentario, que el organismo enfermo de la sociedad argentina aún tiene anticuerpos: su involución cultural y espiritual tiene alguna chance de revertirse mientras existan grupos de gente como Coral de las Espigas.

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